martes, 4 de septiembre de 2012

Capítulo 5: Centro comercial.

<<Jason McCann>>
Abro los ojos lentamente, pero la luz me hace daño en ellos y los vuelvo a cerrar con rapidez. Los vuelvo a abrir y la luz ya no me hace tanto daño y me acostumbro a ella. Me froto los ojos y me siento en el borde de la cama. Un agudo y punzante dolor se encuentra en mi cabeza, pongo mis manos en las sienes y cierro los ojos.
- Me cago en todo lo que se menea, ¿quién, maldita sea, quién me hace beber tanto?
Y me respondo a mi mismo en mis pensamientos: Tú, idiota, tú solo.
Me quedo un largo tiempo sentado en el borde de la cama, cuando un olor a comida se cuela por mis fosas nasales. Aspiro y distingo olor a pollo. Sonrío e intento levantarme de la cama, pero el dolor se hace el protagonista de mis sensaciones de nuevo y opto por descansar antes de comprobar si alguno de mis compañeros de piso habían aprendido al fin a cocinar. Después de un reposo de unos cinco minutos, me levanto casi sin problemas y me dirijo a la puerta de mi habitación, que conecta con la sala común de la casa. Lo primero que veo es a Shay haciendo el movimiento del pescado, con una mano tapas tu nariz y el otro brazo lo alzas y haces como si ese brazo fuera un gusano y viceversa. Se escucha la canción "Call me maybe" de fondo. Frunzo el ceño y veo como Emily y Chaz salen de la habitación de Ryan, todos están bailando. Hay una cámara en el mueble de la televisión y se están grabando. Río negando con la cabeza y el dolor de cabeza vuelve. Intento olvidarme del dolor de cabeza y paso frente a la cámara para ir a desayunar cuando Ryan se me echa encima y me canta:
- WHERE YOU THINK YOU GOING, BABY?
Yo, desde el suelo y con Ryan encima me río más fuerte. Ryan hace como que me va a dar un beso y llega Angy y se interpone entre los dos, haciendo que le besemos a ella las mejillas. Cuando Ryan se levanta, me levanto yo también y me río mientras voy a la cocina.
- Sois peor que los adolescentes, chicos.
- Lo seremos, pero no somos unos sosos como tú. -me sorprende la voz de Emily.
Le doy un beso en la mejilla.
- ¿No estabas bailando en el salón?
- Sí, pero también estoy cocinando y no quiero que comáis pollo quemado. -Me aclara riendo- Si quieres desayunar, sírvete.
- Eso me lo debería de estar diciendo Chaz, o Ryan.
Ella ríe y veo que está haciendo una salsa para el pollo.
- Huele muy bien.
- Gracias, guapo. -Me agradece mientras mete algunas cosas en la batidora para hacer la salsa.
Abro el cajón donde Chaz y Ryan guardan las tazas, cojo una y me dirijo a la cafetera. Cojo una cápsula y la meto en la cafetera, poniendo la taza bajo el tubo por donde es expulsado el café. Cuando el café está a la altura que deseo, voy a la nevera y cojo la leche, cuando me doy cuenta de que el azúcar está en la nevera. Frunzo en ceño y dejo el azúcar sobre el mármol de la encimera, junto a la leche.
- ¿Qué hacía el azúcar en la nevera? -grito para que me escuchen.
- Ryan vio unas hormigas pequeñas en la cocina y escondió el azúcar ahí para que no se la comieran. -me grita Chaz.
- Muy normal todo por aquí.
Tras susurrar aquello, le echo leche a mi café y me acerco al cajón de los cubiertos y cojo una cucharilla de café. Termino de prepararme el café y guardo todo en sus respectivos sitios. Me siento en una silla de la mesa de la cocina y soplo un poco el café.
- ¿Tenemos planes para hoy?
- Creo que no. -le responde Angy que acaba de entrar a la cocina, a Emily.
- Pues mejor, yo si tengo.
- ¿Y podría una de tus mejores amigas estar informada de ellos?
Emily posa su mirada en mi durante un segundo y luego en Angy.
- Si este bastardo se queda callado, sí.
Levanto las manos, en señal de que no diré nada y Emily se aclara la garganta para hablar, y antes de empezar ya está colorada.
- Pues pensaba en ir al cine, y a comprar el regalo para Ryan.
- Te acompaño. -Propone Angy.
- Y yo, no le he comprado el regalo aún.
Emily suspira y vierte el contenido de la batidora en un recipiente, para luego meterlo al microondas.
- Pero yo no sé que comprarle.
- Pues por eso es mejor que yo vaya. -aclaro dándole un sorbo a mi café.
- Pues eso, pero yo al cine no voy, sabes que me agobio.
- ¿Te acompaño, Emily? Después de comprar. -le digo acabando mi café.
Ella me sonríe y escucho mi teléfono sonar en el cuarto. Dejo la taza en el fregadero y salgo de la cocina para dirigirme a la habitación de invitados. Es mi padre quien llama, bufo antes de coger el móvil de la mesita de noche. Descuelgo.
- ¿Jason?
- ¿Qué?
- He oído que anoche tuviste un pequeño problema con una policía, ¿en qué coño estabas pensando, inútil?
- Mira, no me han cogido, estúpido, así que déjame, dijiste que tenía tiempo libre. Y especialmente tú no entras en mi definición de libre. Adiós, papi. -digo con amargura e ironía.
Cuelgo y veo que tengo una nota en el móvil. Con toque suave, abro la nota, tengo que llamar a Laika. Busco su número y la llamo.
- ¿Quién mierda llama a estas horas?
- Tranquila, gatita, soy Jason. Ah, y es la una, no es muy temprano.
- Lo siento, anoche me acosté un poco tarde.
- No necesito tus explicaciones, Laika. -le digo con voz dura.
- Tranquilo tú, fiera.
Me río y me siento en la cama.
- ¿Te viene bien en el centro comercial a las diez?
- Sí, ¿ya tienes las cinco bolsas?
- ¿Acaso lo dudas?
- No, nos vemos.
Y le cuelgo. Me levanto de la cama y me pongo la vestimenta de ayer. Me dirijo al salón y les digo a los chicos de que me voy a casa unos minutos.
- Volveré para comer ese rico pollo. -grito a Emily.
Salgo de la casa de Chaz y me subo a la moto, introduzco la llave y arranco. Me dirijo a casa, al llegar, saludo a Marie y le digo que en unos minutos me volveré a ir. Ella me abraza y me dirijo hacia el armario donde Jack, mi padre, guarda las drogas. Guardo cinco bolsitas de crack en una mochila negra.
- ¿Cómo te fue ayer? -le pregunto a Marie, mientras cierro la mochila.
- Bien, cariño. Mientras todo el mundo siga pensando que soy una dulce anciana, no iré a la cárcel.
- Eres una dulce anciana, bueno... Menos cuando matas.
Nos reímos y me dirijo al salón, donde ella está limpiando el polvo. Le doy un beso en la mejilla.
- Nana, voy a comer con los chicos y esta tarde iré al cine.
- Así me gusta, que tengas amigos, no como tu padre, que los únicos amigos que tienen son aquellos negociadores que en cuanto a tu padre no le queden ni dinero ni drogas le matarán.
- No llames a ese hombre mi padre, llámale Jack.
Ella suspiró y me acarició la mejilla. Me dirijo a mi habitación y me doy una ducha rápida. Me visto con una camiseta blanca, una chaqueta de cuero negra y unos pantalones amarillos, con las supras del color de la chaqueta. Me hago una cresta improvisada con agua y me coloco la mochila en los hombros. Bajo las escaleras y voy con Marie. Le doy otro beso en la mejilla.
- Pórtate bien.
- Lo haré. -me río y me dirijo a la puerta.
Le tiro un beso desde la puerta principal y ella hace como que lo atrapa, y pone la mano en su mejilla como si se lo hubiera dado. Sonrío y salgo de casa con la mochila colgada. Me monto en la moto y vuelvo a casa de los chicos. Al llegar, todos están poniendo la mesa, y yo les ayudo, después de dejar la mochila escondida debajo del armario del cuarto de invitados. Cuando terminamos de poner la mesa nos sentamos para comer el pollo que Emily ha preparado.
- El pollo no es lo tuyo. -confiesa Ryan, después de probar un poco.
- Tan malo no puede estar.
- ¿Lo has probado, Jason?
- A ver, espera que lo pruebe. -respondo.
Cojo un poco y me lo llevo a la boca... Ugh, desearía no haber echo eso, aunque disimulo bien.
- No está tan mal. -miento, mientras sigo comiendo.
- ¡ERES UN FALSO, JASON!
- No, de verdad, no está delicioso pero no está tan mal como dices.
- ¡FALSO! -me acusa Ryan, riendo.
Nos reímos y seguimos comiendo, Emily está un poquito avergonzada por el sabor del pollo y las burlas de Ryan. Me acerco a su oído y le digo que otro día le saldrá mejor. Ella me sonríe y todos terminamos de comer. Recogemos la mesa y Angy se ofrece voluntaria para lavar los platos mientras los demás hacemos las camas. Pasa la tarde y Angy, Emily y yo nos vamos en el coche de Emily al centro comercial. Al llegar, nos separamos para buscar el regalo que cada uno le quiere hacer a Ryan. Entro en un tienda de música y le compro dos CD's y unos cascos nuevos. Al salir, veo una tienda de ropa interior femenina, no estaría mal gastarle una broma a Ryan. Entro a la tienda y le compro un tanga rojo con una colita por detrás, lo que me voy a reír el Sábado que viene. Salgo de la tienda y llamo a Emily, dice que está dejando a Angy en su casa, que yo compre mientras las entradas para el cine.
- ¿Qué película vemos?
- La que sea, lo único que quiero es descansar por un día.
- De acuerdo, nos vemos.
Ella me cuelga, no se puede entretener porque está conduciendo. Mientras la espero, me siento en un banco de por allí y no dejo la mochila descuidada. Cojo mi móvil y busco en mi agenda a Laika.
- El pedido se adelanta, ahora, ven hacia aquí, nos vemos en los aparcamientos.
- Estoy ahí.
- Espérame.
Salgo hacia los aparcamientos, veo a Laika recostada en el asiento delantero de su coche. Meto la cabeza dentro del coche y saco de la mochila las bolsitass. Ella las coge y las guarda en una maleta pequeña.
- ¿Te quedas un rato? -dice guiñándome un ojo y haciéndome espacio.
- Lo siento, cariño, tengo otros planes.
Salgo de los aparcamientos con tranquilidad y veo que el coche de Emily está aparcando a lo lejos. Me dirijo a la puerta del centro comercial. Emily al poco tiempo se encuentra a mi lado, la abrazo por los hombros mientras nos dirigimos al cine. Al llegar a taquilla pedimos dos entradas para ver Step Up Revolution. Compramos palomitas y refrescos para acompañar. La película comenzaba en cinco minutos, así que nos dirigimos a la sala a tragarnos los anuncios pre-peliculares. Nos sentamos en las butacas del centro, la sala estaba llena.
La película termina, ha estado bien. Nos levantamos de nuestros asientos y vamos andando hasta los aparcamientos.
- ¿Puedo conducir yo? -pregunto extendiendo mi mano para que ella deje ahí las llaves.
- De acuerdo.
Me da las llaves y me siento en el piloto, ella en el copiloto. Nos ponemos los cinturones y arranco, para luego concentrarme en la carretera de vuelva al piso de Emily. En el camino, Emily y yo hablamos sobre lo ocurrido en la sala.
- Lo mejor ha sido cuando la parejita de al lado se estaba besando y tú has camuflado un: "Parad, es incómodo" con una falsa tos. -dice ella riendo.
- ¿Parejta que se besaba? No, que se comía, más bien.
Ella ríe y seguimos hablando todo el trayecto. Al llegar, me despido de ella y me subo a la moto para irme a casa a descansar. Al llegar a casa, veo que Marie ya está dormida. Subo a mi habitación sin hacer ruido y me quito toda la ropa, para cambiarla por unos pantalones de pijama. Cierro los ojos y PLAF, Jason ya no es comunicable.

6 comentarios:

  1. Está geniaaaal. Sigue escribiendo, y más rápido, que eres una lentorra >3< Me busta mucho. Pero mucho mucho mucho. GUAPA :D Eres la persona más guay del mundo mundial, y tus novelas están genial. Es lo más interesante que he leido en todo el verano.

    ResponderEliminar
  2. Siguela porfavor! es la mejor novela que he leido :D

    ResponderEliminar
  3. siguela, ¿no? hostia puta...

    ResponderEliminar
  4. Eeeeeeeeeeeeeeeeh, keep calm. Estoy de exámenes, esto no es novela a la carta. Lo siento, pero tendréis que esperar dos semanas para maratón de 10 caps.

    ResponderEliminar